Es fácil hablar del fútbol femenino ahora que está en el ojo de la prensa, cuando tenemos una Selección Nacional Femenina pisando la Moneda; llegan todos haciéndose parte de los logros, del triunfo, de lo alto que han llegado. Los medios de comunicación hacen un mea culpa por no entregarle la importancia que merecen desde un principio, se comprometen a darle un vuelco a lo ignorado, a valorar el fútbol femenino en Chile. Todo esto por la histórica e importantísima clasificación al Mundial Femenino. Sin embargo, nadie se pregunta qué hubiera pasado si el resultado de la Copa América hubiese sido diferente, si no hubieran logrado el objetivo de clasificar.
Lo más probable es que habrían quedado en el olvido; no habrían generado una portada en el diario; no habría prensa ni cobertura, y esto es porque somos un país cínico y exitista. Una muestra es cuando en la televisión anuncian que la Selección Femenina está de regreso en el país, siendo que la Copa se realizó en la ciudad de La Serena, que a todo esto sigue siendo Chile por si a alguien aún le queda la duda. Nunca ha habido apoyo al fútbol femenino, porque aún es mal mirado y juzgado, no existen los medios y cuesta mucho encontrar los espacios para poder desarrollar grandes talentos que están aún en el anonimato , orque nadie cree que es un deporte para todos.
La selección femenina de nuestro país es una muestra de esfuerzo, de lucha, perseverancia y pasión, que no se puede poner en tela de juicio cuando dejas familia, estudios, amistades y etapas por practicar un deporte que no te da garantías de nada, sólo poder aspirar a una beca deportiva en alguna universidad, si tienes la suerte y los contactos. Aquí hay que esforzarse el doble sólo, porque jugar fútbol y ser mujer no es rentable ni compatible para nadie, porque tienes que juntar peso por peso con tu equipo para poder tener una indumentaria para vestir cuando sales a jugar; porque se te cierran puertas para tener fondos, porque no es un proyecto interesante de financiar.
No es exagerado el decir que por las venas de esas mujeres no corre más que pasión y amor por el fútbol, porque no te deja nada para poder vivir de ello, ya que se tienen que dividir los tiempos entre la familia, los estudios, el trabajo y los entrenamientos, pero aun así sin beneficio alguno que obtener, ninguna de ellas se rindió, ninguna se dejó vencer por la injusticia, por el cansancio y por la poca visión de nuestra cultura. Ellas siguieron, se convencieron de que podían lograrlo solo con su esfuerzo y cumplieron, por ustedes, por mis compañeras de equipo y por mí.
Gracias, gracias por creer en ustedes mismas, por entender que no necesitan nada más que su pasión por el fútbol para llegar donde están, por esperar nada de ningún Gobierno y seguir adelante. Gracias por crear ídolas a quien admirar y para las generaciones que están por venir. Gracias por empezar a tener nombres que poner en las camisetas de Chile, no solo Sánchez y Vidal, sino también por un Endler, Rojas o Lara. Más que todo, gracias por comenzar a pavimentar un camino que por muchos años ha sido muy difícil de recorrer para las mujeres que hacen del fútbol su vida, y se cansaron de buscar oportunidades.
Por todo eso y más, Grande La Roja Femenina!!!
Por Sandy Jorquera Cornejo