Las verdades a veces molestan, incomodan, y en los círculos del poder se intentan manejar para que aquello no llegue a la Opinión Pública. Esta semana mientras «reporteaba» sobre el despido de una reconocida figura del ámbito de la seguridad minera, me encontré con testimonios off the record sobre esta persona que hacían referencia a cómo realizaba conductas machistas, misóginas y que incluso podríamos decir rayaban en el acoso, aunque para ser justos, también me encontré con el relato de una ex trabajadora de la compañía que defendía a este alto ex ejecutivo.
El miedo a las consecuencias en ocasiones es el principal aliado para que situaciones o sucesos o conductas inapropiadas, no lleguen a ser denunciadas en su minuto y lo que es peor, se normalice, se acepte como parte del “juego” y al final quede como algo anecdótico y que se da en diferentes ámbitos.
Canal 13 realizó un reportaje en profundidad sobre el acoso en los Tribunales de Justicia, donde las involucradas sí tuvieron la valentía para hablar y denunciar ambientes de acoso que ocurren en el país en contexto más difícil aun, porque estas mujeres al denunciar están enfrentando a sus propios jefes.
En esa misma línea, Informe Especial de TVN, también trae un reportaje sobre situaciones de agresión y acoso a monjas, donde también hay que aplaudir la valentía de estas mujeres al atreverse a denunciar en un contexto más propicio para el agresor, esto a raíz de los serios y graves hechos que han salido a luz pública y que permiten realizar esta afirmación.
Es de esperar que las mujeres, en cualquier ámbito y circulo, más cuando son víctimas, pierdan el miedo y se atrevan a denunciar, los conductos están dispuestos, pero claro siempre está el miedo, ese miedo que inmoviliza y que suele ser el principal aliado del agresor, ese mismo miedo por la cesantía, por el comentario del qué dirán, del no me van a creer, qué puedo hacer yo.
También debemos comenzar a conversar con nuestros niños y niñas al respecto de la igualdad de género, pero no debemos solo hablar, sino que también hay que enseñar con el ejemplo y con acciones concretas donde quizás es la principal fórmula para que el día de mañana vivamos en una sociedad donde efectivamente, aunque suene a una quimera, seamos iguales.
Por Cristian Abello Navarro.