Con una ceremonia efectuada en la Universidad Santo Tomás de Copiapó, concluyó el proyecto “Valorización Económica del Altoandino de Atacama”, que en lo medular apuntó a desarrollar estrategias para el desarrollo del turismo de intereses especiales (TIE) y la conservación de un ecosistema de características únicas”, desarrollado por la Universidad de Antofagasta y financiado por el Gobierno de Atacama a través de un Fondo para la Innovación para la Competitividad (FIC).
El objetivo principal de este programa fue implementar un programa de TIE para el Altoandino de Atacama, identificar y evaluar la fragilidad de los ecosistemas necesarios de conservar (SNASP) y evaluar la factibilidad de proteger la reserva genética microbiológica.
“Junto a ello, trabajamos en potenciar la productividad del factor humano en las empresas regionales mediante el fortalecimiento del Turismo de Intereses Especiales en el Altoandino, apoyamos la asociatividad de los operadores turísticos para incrementar la competitividad del sector e investigamos la factibilidad de obtención de nuevos productos regionales con valor agregado, desde comunidades bacterianas del Altoandino. Por último, relevamos la importancia de fortalecer la proliferación de los procesos productivos verdes como identidad productiva regional”, explicó Jorge Jorge Valdés, académico de la Universidad de Antofagasta y director del proyecto.
El proyecto benefició a 4.900 personas de manera directa (2.550 hombres y 2.350 mujeres) y se estima que serán 155.000 los impactados de manera indirecta. Adicionalmente, generó información relacionada con las características ecosistémicas de las cuencas endorreicas de atacama, poniendo de manifiesto aspectos relevantes relacionados con la belleza escénica de dichos paisajes, la fragilidad de los mismos, y la riqueza de vida que es posible encontrar en esa zona.
“Todos estos elementos configuran un marco de referencia para potenciar el uso sostenible del paisaje altoandino, dentro del cual el Turismo de Intereses Especiales resalta como una alternativa viable e indispensable para potenciar la actividad económica de la región en conjunto con una postura de protección de la riqueza escénica”, agregó Valdés.
Con este marco de referencia, el proyecto propone implementar un modelo de negocios, la capacitación en temas de turismo científico, ecológico y de aventura de los sectores involucrados (operadores turísticos, hoteles, servicios públicos), la generación de material de apoyo para el desarrollo de la actividad turística del altoandino y la generación de instrumentos de difusión a nivel nacional e internacional de la oferta turística de la región.
“Esta estrategia está vinculada a las acciones necesarias para generar y/o potenciar la estrategia regional de protección de los sistemas altoandinos de mayor fragilidad, así como su biodiversidad, particularmente en el caso de las comunidades microbiológicas, las que tienen un alto potencial de aplicaciones biotecnológicas que es urgente identificar y conservar para beneficio de la región”, dijo el director de la iniciativa.
Cabe consignar que las actividades productivas en el Desierto de Atacama se han basado principalmente en la explotación de los recursos no renovables a través de la minería, constituyéndose como el motor principal del impulso económico de la Región de Atacama. Sin embargo, en la definición de los “Sitios Prioritarios para Conversar la Biodiversidad” en la Región de Atacama, solo consideró al Salar de Pedernales y alrededores, como también las lagunas altoandinas Verde y del Negro Francisco como sitios de interés de protección ambiental. Asimismo, la biodiversidad de los sistemas hídricos de las cuencas cerradas por sobre los 3.000 metros sobre el nivel del mar, posee un potencial biológico mucho mayor, aunque no se vea a simple vista, debido al pensamiento común de considerar la biodiversidad sólo en términos de flora y fauna, descartando aquella que no podemos ver a ojos desnudo, la de los microorganismos.
Estas, junto a otras características, les han permitido el reconocimiento de diversas organizaciones internacionales que han declarado a estos humedales altoandinos como sitios de interés mundial de conservación.
Es así como conviven sectores protegidos bajo diversas denominaciones, tales como: Sistema Nacional De Áreas Protegidas del Estado (Snaspe): Parque Nacional Nevado Tres Cruces, donde se incluyen parte del Salar de Maricunga, la Laguna del Negro Francisco, Laguna Santa Rosa, y no incluye Lagunas Bravas y sectores aledaños que constituyen parte de la propuesta del ojalá futuro Parque Nacional Doña Inés propuesto por CONAF en 2009 y apoyado por el Gobierno Regional de Atacama y la Universidad de Antofagasta.