Punto de vista

Crisis del Alma

No me cabe duda que a la mayoría de los chilenos les ha afectado esta crisis social de una u otra manera. En mi caso coincidió con problemas de salud, creo que gatillados por estrés.

Mi nivel de ansiedad incluso ha cambiado mi interacción con las redes sociales. Los pseudos debates que allí se generan me provocan rechazo, incomodidad, literalmente me duele la guata cuando leo tanta información cruzada… Pero me ha servido también para hacer un ejercicio introspectivo, detenerme un poco, cuestionarme tantas cosas y sí, tomar aún más conciencia.

Creo que vale la pena no sólo pensar en los “problemas colectivos”, las demandas sociales con las que conecto, sino también analizarnos como individuos.

¿En qué estamos fallando?

En primer lugar deberíamos reeducarnos, pero reeducarnos en valores, en emociones, en coherencia. Dejar de velar sólo por nuestros intereses. Aprender a escucharnos y respetarnos, más aún si pensamos distinto. El respeto se traduce en empatía, humildad y en humanidad que tanta falta nos hace en estos días.

Este estallido social no tiene precedentes y creo que se distingue de otros por la ira y la violencia. ¿Por qué?

Hace unos días escuché a una antropóloga decir que este fenómeno se da porque llevamos décadas y décadas con una “presión transversal” hacia el materialismo, sin distinción de clases sociales. “Hasta la pobreza es consumista” dijo Felipe Berríos mientras hablaba de la crisis. Y creo que tienen  razón…

También es cierto que la ira y la violencia son emociones tan humanas, pero que en ningún caso deberían ganarle a la sensatez. No hagamos que el panorama se ponga aún más oscuro.

Claramente necesitamos cambios urgentes con que las autoridades nos aseguren un país más equitativo y que reviertan tantos años de injusticias y “espejismos”. Pero al mismo tiempo creo que debemos sacar lecciones personales. Es hora de mirar hacia adelante, de dejar de lado la cultura del egocentrismo, del estrés, del consumismo que tan arraigada tenemos. No quiero sonar “cursi”, pero deseo de corazón que esta sea la oportunidad de revolucionarnos internamente, de cambiar el foco y de poner fin a esta crisis social, a esta “crisis del alma”…

Por Carla Olivares Vergara

Periodista