El sábado 21 se presentó en Copiapó la novela ilustrada Norte Olvido, del dibujante atacameño Manuel Méndez Martínez, quien es ilustrador y diseñador. A continuación, Antónimo Zapata, comparte el texto que utilizó como presentación de este volumen.
Esta es la primera vez que se lanza una novela gráfica en la región, lo cual es es un hito. En sus 150 páginas Norte Olvido contribuye de manera sustancial al imaginario visual local. Justo en momentos donde empieza a extenderse y consolidarse una producción gráfica atacameña que permite articular elementos como la identidad, el arraigo y la memoria histórica, el presente libro nos invita a nutrir de acciones, paisajes y personajes de un evento clave en la historia de Chile y que gracias al contexto del estallido social adquiere una contingencia inusitada.
Norte Olvido, nos ayuda a pensarnos y repensarnos.
En sus viñetas, personajes, trama e investigación histórica, Manuel nos adentra en los hechos ocurridos en 1859 en Atacama. Momento donde los plutócratas locales, asociados a la minería, los trabajadores y el voluminoso mundo intelectual de esos años, en donde destacaron varios pensadores y periodistas, aunaron fuerzas para una revuelta de las provincias contra el gobierno central.
Levantaron demandas que siguen estando vigentes hoy en día, entre ellas la petición de mayor autonomía para los territorios y mejores condiciones para vivir, ideas de justicia social, educación libre y laica, se plantearon en ese momento llegando a una crisis tal que llevó a los atacameños a armarse para combatir contra el despótico presidente conservador de la época.
Es en este marco que un joven llamado Zoro, – que es un zorrito -, junto a su amigo Benjamín (auquénido), se suman a las huestes de Pedro León Gallo para llevar adelante los ideales de mayor justicia social, más libertad y eliminar los abusos.
Esta novela es importante en muchos planos, desde el histórico social que mencionaba, hasta el componente técnico en el dibujo donde Manuel usa muchísimas referencias y técnicas que se acercan al puntillismo, y un texturado que emula la acuarela.
En una entrevista que dio el 2017, momento en el que se lanzó el primer volumen de Norte Olvido, que lleva por título “Carga”, el autor destacó las influencias y el proceso para llegar al libro, donde influyeron dos novelas gráficas importantísimas en el contexto internacional y de donde tomó las referencias de animales antropomórficos para representar los bandos.
Primero la australiana Rabbit que cuenta la invasión inglesa a la isla oceánica, y donde los conejos son la fauna invasora. Una fábula, donde los animales adquieren de manera metafórica características humanas para ver con mayor facilidad los valores y disvalores de nuestra conducta.
Así también la novela Maus, de Spigelman, probablemente la fábula más importante en el mundo de las novelas gráficas y el libro que da un antes y un después al mundo del cómic. Allí a través de la personificación en animales, se cuenta el horror del holocausto y los extremos del abuso del poder. ¿Hasta dónde puede llegar un estado policial y una política represora? El nazismo masacrando personas de manera ordenada y sistemática, un fascismo del que no se puede estar ajeno en Latinoamérica.
Estos dos libros permiten conocer más el marco de referencias extenso que maneja Méndez para la construcción de su obra, donde además no tiene pudor en reconocer las referencias e hipervínculos de trabajo visual, siendo sumamente transparente en apuntar al manga japonés y el mundo de la fotografía atacameña como algunos de los insumos a los que recurre para activar y llenar de vida a la revolución constituyente de 1859.
En el caso de este libro, la fauna local son los atacameños y la fauna foránea, como los perros, representan al poder santiaguino. De allí que un zorro chilla y una vicuña sean los protagonistas de este viaje heroico.
Poetas, mineros, pirquineros, intelectuales, mujeres armadas, mujeres enfermeras, mujeres empoderadas y cabreadas del abuso; son algunos de los personajes que hoy podemos seguir viendo en las calles de Copiapó y que en 1859 dieron vida a los batallones que lucharon en los valles del Huasco, Copiapó y en la zona de Coquimbo.
Episodios poco conocidos algunos como la liberación de los presos de la cárcel al inicio de la revuelta, donde los encarcelados decidieron optar por la farra antes que huir y armaron un malón en la plaza de armas, que hoy también se hace llamar Plaza de la Resistencia.
Silva Chávez como una autoridad abusiva, Pedro León Gallo como un gran líder intelectual, jóvenes comunes y corrientes que al presenciar actos de injusticia se ponen violentos. Todo ello y mucho más es el mundo de Norte Olvido, que en el tratamiento del color se hace cargo de los matices que dan los cerros, también de la belleza del cielo estrellado y lo enigmático del paisaje desértico.
Me da mucha felicidad poder ver la concreción de este trabajo, como alguien que ama la historia siempre sentí que hacía falta poner en imágenes los hechos tan importantes que han ocurrido en Copiapó y Manuel ha tomado esa posta para traerla hoy en un trabajo de altísima calidad.
Por Antónimo Zapata