En la sección de Vitrina Cultural, rescatamos la entrevista realizada el 2018 por Atacama Viva Magazine, a la destacada creadora regional.
Mirtha Colman Guyot es una mujer enigmática e interesante. Disfruta de su arte que aprendió de manera autodidacta y hoy está en una edad donde su rostro luce aún más hermoso que en su época de primavera.
Llegamos hasta su casa, en Copiapó, donde nos recibe con una sonrisa y un cálido abrazo. Su voz es suave y pausada como si sus palabras se enredaran en sus pensamientos. Caminamos hacia su taller, una original construcción de barro separada de su hogar. Varios cuadros están repartidos por los rincones, hay trozos de raíces encima de mesones de madera, una escultura de greda. Pinceles de distintos tamaños, óleos de todos los colores, telas, marcos, atriles.
¿ Cómo te definirías?
“Soy una persona que ama la vida en todos sus aspectos, buenos y malos. Amo ser una hacedora de cosas, me gusta hacer, no me preocupo cuando me cuestionan o me dicen: si te dedicaras a una sola cosa, serías famosa. Me gusta trabajar con greda, hacer una escultura, pintar o dibujar. Cuando estoy haciendo algo no quiero hacerlo bien, quiero hacerlo solamente, que sea ensayo y error como lo es todo en la vida”.
ORIGEN
Esta artista visual y escritora nació en Copiapó. Creció junto a sus padres y sus hermanas mayores, Ana y Nelly, en Nantoco, luego en Tierra Amarilla e incluso vivió en El Salvador. En este último lugar, trabajó unos años en un laboratorio de geoquímica para luego dedicarse – cuando tenía 30 años de edad -, a pintar y a retomar la poesía que inició en su infancia.
“De niña siempre busqué entretenerme con la naturaleza, mi mamá me decía que dibujaba con un trozo de carbón o juntaba piedrecitas”, comenta.
MUJER FUERTE
Mirtha nos habla de cómo ha podido sobrellevar “los aluviones de su vida”, como los define. Si bien nos pide no entrar en detalles, el haber ganado una difícil batalla contra el cáncer de colón que la afectó por 5 años es prueba de su gran valentía, perseverancia y amor a la vida.
Por eso siempre está ocupada haciendo muchas cosas. En su casa, prefiere dedicarse a su huerta, a cuidar los árboles, regar las flores o picar la tierra que “estar limpiando con una aspiradora o barriendo”, nos explica con cierta complicidad y, agrega, “el único quehacer que me gusta es cocinar”.
OBRA
¿Qué técnicas utilizas en tus trabajos?
“Yo soy autodidacta, no tengo una técnica estudiada sólo lo que he aprendido con los años. Mi técnica es mixta. Anoche, por ejemplo, estuve probando cómo traspasar nuevas imágenes a la tela. Ando guardando raíces, porque todo llama mi atención para después utilizarlo. Estoy en permanente observación de la naturaleza, es la que te enseña y es mi sello. Siempre estoy tomando fotografías y a partir de esas imágenes hago un abstracto. Dibujo detalles de las hojas, recolecto semillas o palos que luego utilizaré en alguna pintura”.
¿En qué proyecto estás trabajando?
“Estoy trabajando en un proyecto Fondart que se trata de una itinerancia a varias comunas de la región. Acompañada de otros artistas como Gonzalo Vidal, Jorge Adaros y Pía Acuña, haremos una exposición y charlas en cada lugar que vayamos. Tenemos que hacer unas 10 obras cada uno, repartidos en las distintas comunas”.
Por estos días, además, se ocupa de una pintura que permanece en uno de los atriles de su taller y que está inspirada en los olivos centenarios de la localidad de Huasco Bajo. La imagen de gran hermosura, busca sostener una elevada escalera entre los frondosos árboles de verdes matizados.
“Tomé una fotografía en ese lugar. Los árboles son bellísimos”, nos señala.
La conocida artista visual de Atacama ha plasmado su obra en hermosos murales como el “Alicanto” ubicado en la fachada de la Achs en la capital regional. El 2008 fue distinguida con el Premio “Mujer en las Artes” de la municipalidad de Copiapó. Su deseo es que en los colegios se enseñe más arte a los niños y niñas, tan necesario para descubrir, valorar y disfrutar de la diversidad de colores y paisajes que ofrece la naturaleza.
Por Claudia Peñailillo Cronoro
Fuente: Atacama Viva Magazine