Pese a que las integración de las mujeres en el deporte ha ido avanzado y que muchas se han profesionalizado en la práctica, los expertos en sicología indican que durante la adolescencia las niñas comienzan a sentirse incómodas con su cuerpo y esto las aleja de su práctica habitual ¿cómo cambiar esto?
Laura Rojas, Coordinadora territorial de la Fundación Fútbol Más en la Región de Atacama, comenta al respecto: “Por medio de las sesiones socio-deportivas que se implementan en los distintos barrios donde se trabaja, hemos podido convocar a cada vez más niñas. Sin embargo, ha sido un tema muy recurrente la falta de autoestima o la vergüenza que les provoca, sobre todo a las niñas que están en una etapa de transición de la niñez hacia la pre adolescencia, los cambios que su cuerpo comienza a manifestar. Por ejemplo, N.I.G.N tiene 12 años y, cuando recién entró a participar junto a nosotros, ella siempre se estaba tapando y se le notaba insegura durante el juego, debido a los cambios hormonales y biológicos de su cuerpo. Pero, con el tiempo, participando de las sesiones socio-deportivas de Fútbol Más, encontró espacios horizontales y de respeto para la práctica del deporte. Y es que, aquí buscamos desarrollar habilidades para la vida y también reforzar aspectos sociales como el respeto y la igualdad de género”.
Su experiencia es similar a la que viven miles de niñas y mujeres en la Región de Atacama, las que a pesar de contar con nuevos espacios de apertura para practicar deportes, aún categorizan la actividad física como algo exclusivo de hombres.
“Desde sus inicios el deporte se consideró una actividad masculina, eso generó un efecto multiplicador en los referente y estereotipos de la sociedad. Las mujeres se han ido posicionando primero en algunas disciplinas específicas, como la gimnasia, pero no en otras populares como el fútbol o el basquetbol. Existe la idea errada que esos no son deportes femeninos, cuando está comprobado que hombres y mujeres tenemos las mismas capacidades al momento de nacer”, dice Cecilia Moreno, sicóloga y directora de calidad de innovación de Fútbol Más.
El punto de partida de esta gran brecha se encuentra en la adolescencia. Según el estudio “Igualdad de género en el deporte: el desafío de fomentar la autoestima y liderazgo en las niñas”, el 36% de las niñas se resta de actividades por no estar conforme con su apariencia, entre esas la actividad deportiva.
“La adolescencia es fundamental en la construcción de los roles de género y es impresionante ver como las niñas que antes jugaban, corrían o se movían por todos lados, tienden a calmarse y toman una actitud más pasiva frente a los cambios en su cuerpo. Su entorno cercano hace notar estos cambios, se burlan y se hacen comparaciones, lo que incide profundamente en la autoestima y su valoración personal, quedando sujeta a la opinión de los demás. Con la frase “las señoritas deben…”, sin darnos cuenta limitamos el potencial del las niñas. Esta es una de las razones importantes de porque la actividad física se ve reducida” dice Moreno.
Discriminación por género
El mismo estudio indica que 15% de las mujeres declaran haberse sentido discriminadas por practicar algún deporte y, lo que no es menor, el 21% de las niñas considera que se les discrimina por creerlas menos capaces para los deportes que los hombres.
“Aunque se reconocen las diferencias físico-biológicas entre hombres y mujeres, en lo que debemos aportar es en la creación de instancias de participación en igualdad de condiciones entre niños y niñas, pues es el momento justo para convencer y demostrar que no existen diferencias de capacidad en la actividad deportiva”, dice José Gaete, profesor de educación física y experto en temáticas de deporte para el desarrollo.
Una de las prioridades, a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, es, actualmente, promover los espacios de igualdad de género, tema que durante marzo cobra mayor relevancia al ser el Mes de la Mujer.
“Es necesario que se generen políticas públicas, medidas eficientes y reales sobre el incentivo para que las niñas no dejen de practicar deportes. Esta brecha puede producir efectos físicos como altos niveles de sedentarismo, diferencias en talla y estatura y enfermedades cardio–metabólicas. En los aspectos sicológicos, esta es la oportunidad de ellas para desarrollar habilidades que no deben ser sólo asignadas a los hombres como la fuerza, la tolerancia a la frustración y la capacidad de trabajo en equipo”, dice Gaete
En la Región de Atacama, Fundación Fútbol Más trabaja con el apoyo de Pucobre, Minera Carola Coemin, Candelaria y Caserones, creando espacios de igualdad asociados al deporte, y disminuyendo las brechas que han predominado por años en el fútbol. “Estamos convencidos que, trabajando desde las comunidades, los barrios y los centros educativos, se puede mejorar las condiciones de autotestima de las niñas en nuestra región. Ese es el principal desafío que debemos cumplir. Empoderarlas para que en el momento que decidan practicar actividad física, sean libres de escoger, sin ser discriminadas por ello”, concluye Carolina López, coordinadora regional de Atacama de Fundación Fútbol Más.