Ahora que soy mamá y a raíz de varios casos mediáticos este asunto me da vueltas y vueltas… Reconozco que cuando cursaba enseñanza básica me burlé varias veces de compañeros y compañeras de colegio. Me dejé llevar por mi grupito de amigas que eran expertas en esta práctica. En el fondo, sabía que no era correcto, pero lo hacía de todos modos. Estábamos chicas, sin embargo creo que fuimos bastante crueles. Luego, en la adolescencia, el “grupito” se fue disipando, lo atribuyo a que empezamos a madurar. Fue en esta etapa escolar cuando “se dio vuelta la tortilla”. Como “justicia divina” tal vez, me encontré de sopetón con el hoy llamado “Bullying”. Sufrí “acoso” de mis compañeros, “matonaje” intenso que afortunadamente supe sobrellevar y que no dejó huellas…
Hoy son sólo malos recuerdos que creo he ido bloqueando. En mi colegio intentaron resolver el ambiente enrarecido que se respiraba en la sala, pero siento que lo hicieron pésimo. Po eso es de vital importancia que los establecimientos se eduquen en este tema e impulsen la convivencia entre los alumnos. No deben ser meros espectadores, sino que estar más atentos y romper el círculo del Bullying que se viene practicando por décadas en las aulas.
Los papás también cumplimos un rol fundamental. Independiente si nuestro hijo es o no víctima de hostigamiento debemos mantener una fluida comunicación con ellos, aunque sea difícil. Debemos acompañarlos, no dejarlos desamparados en ningún proceso, transmitirles que son personas capaces de enfrentar y hacerse cargo de estas dificultades o simplemente pedir ayuda.
Pero ¿Qué pasa con el victimario? Tanto en casa como en el colegio debemos hacernos cargo de ese niño. Que actúe como agresor, “valiéndose de una situación de superioridad” no es normal, por lo que también necesita un seguimiento.
Si desde pequeños inculcáramos a nuestros niños el respeto hacia sí mismos y hacia sus pares tal vez este tipo de situaciones serían mínimas. O por lo menos cimentaríamos un camino largo de recorrer en una sociedad con poca capacidad emocional y cada vez más violenta.