Día a día los vemos en la televisión, redes sociales, radio, internet, etc. Se venden en distintas presentaciones como pastillas, parches y batidos; hablamos de los famosos productos milagrosos que prometen disminuir peso en corto tiempo.
Una ilusión que atrapa a muchos y muchas ante el bombardeo permanente de estereotipos respecto a la belleza corporal. Sin embargo, debemos saber que perder peso gracias a estos tentadores productos significa someter el cuerpo a tratamientos invasivos que pueden generar graves consecuencias en él.
Si nos detenemos a observar generalmente estos productos siempre van acompañados de una dieta totalmente restrictiva, por lo que, si dejamos el tratamiento y dejamos la dieta, fisiológicamente (por cambios hormonales) ocurre el tan conocido efecto rebote.
Existe gran controversia en si es bueno consumir o no estos inhibidores del apetito y de la absorción de grasa. Si bien estos han sido aprobados en algún momento por organizaciones internacionales, después de un tiempo son retirados del mercado. Tanto es así, que la Agencia Americana del Medicamento (FDA) informó en mayo del 2010 el registro de aproximadamente 13 casos de daño hepático grave producido por algunos de estos productos.
Si hacemos un resumen, podemos extraer qué: cualquier persona que consuma un producto que contenga sustancias medicamentosas está poniendo en riesgo su vida. Cualquier persona, que tenga una dieta restrictiva, consuma batidos que sean bajos en calorías van a disminuir de peso, pero eso se puede realizar hasta sin pastillas.
El problema es que nos obsesionamos tanto con disminuir y modificar nuestra imagen corporal, que nos olvidamos realmente de la importancia de nuestro cuerpo. No hay milagros, no curan, no ayudan, no educan. La mejor forma de disminuir de peso es creando nuevos hábitos alimentarios. Para eso existimos profesionales nutricionistas que asesoramos y acompañamos aquellas personas que quieren un cambio en su vida, pero de manera sana. Recuerden que el cuerpo es nuestra máquina de vida, que hay que cuidarla y entregarle lo mejor.
No se dejen engañar, no inviertan en productos que no lo van ayudar a cumplir ningún objetivo. Al contrario, sólo lo enfermarán. Aprendan a comer, disfruten los alimentos de manera responsable, es el mejor medicamento para el organismo.
Por Daniela Muranda Muranda