La semana pasada se otorgó la declaratoria de Monumento Histórico al Regimiento de Copiapó por ser un sitio de memoria, esto dado que fue en este lugar en que se asesinó a personas en dictadura. Además, fue uno de los principales centros de detención y tortura en Atacama.
Se trata de un logro importante para quienes durante años han luchado porque no se olvide lo que sucedió en medio de la dictadura cívico-militar, cuando personas uniformadas pagadas por el estado chileno y en representación de un grupo que se tomó el poder en desmedro del gobierno democráticamente elegido, se dedicó a perseguir y exterminar a chilenas y chilenos.
Se generó toda una polémica, la cual no debería presentarse, tomando en cuenta que el acto de la memoria es súmamente significativo para reivindicar a personas que fueron ejecutadas sin previo juicio y sólo por defender una determinada visión de sociedad.
A 50 años del golpe, es importante que se releven estos espacios. En Atacama y en Chile, el Estado se dedicó a perseguir a personas de la misma nacionalidad que no tuvieron derecho a defenderse. Un abuso de poder totalmente asimétrico.
Todos sabemos qué pasó y no falta seguir haciendo énfasis en ello. Esto no se puede volver a repetir, y esa es la consigna. Que como sociedad avancemos y seamos civilizados, que dejemos de lado la violencia y el abuso de parte del Estado, que no debe volver a perseguir nunca a las personas por como piensan. En este año, tan especial por toda su significado, recordemos el valor de la vida humana y la importancia de la historia .
Por Juan Manuel Cáceres, concejal por Copiapó.