Día del Amor desde lo inquieto, el amor es eso que se mueve y circula por la atmósfera sin restricciones o conceptos que te dicen como se debe amar y cuáles son las forma de hacerlo.
Podría entender el amor desde distintas perspectivas y celebrarlo todos los días del año sin cargar con los referentes bibliográficos que explican el origen de la celebración del Día del Amor, hay tantas historias de su inicio que no me representan, sin embargo, la fecha sirve para rememorar el amor más allá de su origen o inicio de un significado que nada tiene que ver con lo que celebro hoy.
El 14 de febrero lo hemos colonizado en su esencia comercial y abusamos exquisitamente de ello expresando nuestro amor a quienes amamos, más allá de ese supuesto origen que va desde el cristianismo o catolicismo, instituciones que se han apoderado del concepto y nos conducen a la ignorancia “del sentir” haciéndonos desfilar por una cuerda floja moralista que te dice que está bien o mal, espacio en el que tomas de la mano a la inseguridad absurda de creer que la verdad absoluta la tienen las leyes, instituciones o las religiones. A fin de cuentas, para mi está bien amar y con eso basta. Importante: Si no le haces mal al resto, y a la persona que amas, está bien.
El amor es tan poderoso, y cuando lo descubres desde un espacio infinito y te das cuenta de que siempre estuvo dentro de ti y que, además, eres capaz de expresarlo y recibirlo, tiemblan los poderes dominantes, se les descarrila el ganado y observan con llanto desesperado como ese ganado transita por el camino de la libertad del amar sin condiciones y con respeto a quienes ama. Sobre esto, se me viene a la mente la “Hipótesis represiva” que menciona Foucault, sobre la confesión de sentimientos que dominó en occidente la ciencia con sus exámenes validando lo moral y conduciendo al origen de la confesión religiosa, que enfatizaba sobre el “mundo perverso” de los homosexuales, de la lujuria, entre otros.
En el Día del Amor, flota en el aire ese amor idealizado qué hay que poner atención que es lo real o falso, pero ya es otro tema, de igual modo es importante conceptualizar el amor romántico para entenderlo, quizás unas semanas antes hubiera defendido el concepto de este amor romántico, es posible cuando se encuentran o complementan muy bien dos personas desde una energía muy especial y extrañamente sabia (ocurre), pero se le cuestiona porque es muy difícil que suceda y puede resultar nocivo en una relación basado en enseñanzas costumbristas donde se omite el “sentir real” del amor y se le puede confundir con estas acciones educativas.
Para finalizar, declaro que en este día me desperté con ganas de escribir sobre el amor, quisiera salir a caminar, y seguramente veré en las calles hermosas flores muertas envueltas en celofán descansando sobre los brazos de los enamorados, tal vez veré la competencia indiscriminada del que carga el peluche más grande por la avenida principal, o del que compra chocolates y está en una fila interminable para entrar al restaurante, tal vez veré al que ayuda al perro callejero o regala un café al indigente, quizás vea un par de estresados manejando en un vehículo colmado de familiares ansiosos por vacacionar, finalmente y quizás no vea nada de eso, y solo camine amando lo que me gusta hacer, y agradeciendo que aún puedo respirar.
Por Claudia Latorre Zepeda Periodista / Escritora /Directora FICTA
