Qué bueno es ver que por fin – a pocos días del suceso – en Atacama se ponen las pilas con la promoción del Eclipse Solar del 2 de julio. Hemos observado difusión de videos, actividades y notas de prensa que entusiasman a la población, sin embargo, la pregunta en cuestión es ¿debimos esperar tanto para la correcta difusión y coordinación del evento? ¿llegaremos a tiempo en esta carrera contra el Eclipse?
Sin mayor expertiz en el tema comunicacional, no hay que pensar mucho para darse cuenta de que la región de Coquimbo se llevó por lejos a Atacama en la promoción de la cita astronómica, quizá si su mayor desarrollo turístico, de infraestructura y la cercanía geográfica con Santiago le ayudaron bastante, otro factor a considerar puede deberse a cierta parsimonia en un Gobierno Regional atacameño que demoró en exceso sus estrategias (con servicios clave que recién ahora van tomando protagonismo). Para qué hablar del «olvido mayúsculo» del Presidente Piñera en la última Cuenta Pública, que simplemente no consideró a Atacama como una de las regiones beneficiadas con el evento.
Por otro lado, mientras que en la región pareciera que solo en las últimas semanas encendieron la luz verde para promocionar el hito, en la vecina Coquimbo, la estrategia comunicacional partió desde el año pasado, considerando además, un buen trabajo conjunto entre sus comunas. A primera vista un escenario diferente al que se observa en Atacama, donde comunas como Huasco, Freirina o Diego de Almagro, parecieran realizar sus propias apuestas promocionales (con ediles demasiado protagónicos), evidenciado un camino paralelo al liderado por el Gobierno.
Pero tampoco seamos tan derrotistas, porque si vamos a los hechos Atacama contará con cinco de los siete mejores lugares para observar el Eclipse Solar, además de tener mayor seguridad en contar con cielos despejados. Eso sí, sobre esto último imaginamos que en el Gobierno local están premunidos ante un eventual «Plan B», que significaría primero un arribo masivo de visitantes al territorio (con colapso vial) en paralelo a un lejano pero eventual arribo del Presidente Piñera, en caso de que en la vecina Región la temida nubosidad o mal clima obligue a cambiar el archi-promocionado centro de acción. ¿Está planificado este Plan B?
Ojalá que Atacama, su comunidad y autoridades, aprovechen este «regalito caído del cielo», siendo un puntapié real y efectivo para concretar una oferta turística diversa resguardada bajo su maravilloso y prístino firmamento. ARRIVEDERCI
Por Elmirón