Qué tal estimad@s lector@s, nuevamente llegamos con este espacio de comentarios políticos para abordar situaciones dignas de análisis. Como lo indica el título de esta reflexión: «revisar mochilas y regular la prensa«, han sido dos conceptos «de moda» en los últimos días, claro que cada cual con una acepción diferente.
Independiente de las respetables opiniones – favorables o desfavorables – a la idea de revisar las mochilas de los estudiantes para «prevenir» delitos, proponemos aplicar imaginariamente este mismo modelo en otras facetas y usuarios, por ejemplo: Revisar cuentas corrientes legales y en «paraísos fiscales» de parlamentarios, autoridades y jueces; revisar certificados de estudio de autoridades comunales y regionales; revisar o proceder con exámenes de pelo a parlamentarios, autoridades y jueces. En fin, podríamos «aprovechar el vuelo» y concretar estas revisiones. Aunque ¿con qué nos encontraríamos? pues vaya uno a saber. De todos modos, siempre estará presente la gran duda de si sería posible ejecutar estas revisiones a todos por igual, pues en determinados casos el aforismo «mientras sea a otros y no a mí«, se cumple inexorablemente en la elite.
El otro concepto, de regular la prensa, – que fuera defendido por una candidata a la Corte Suprema, tras revelarse aparentes conflictos de interés en su accionar -, nos recuerda lo importante que es contar justamente con la libertad de información. Días atrás el Papa Francisco reveló que gracias a los reportes de prensa se dio cuenta de la gravedad de los casos de abusos sexuales de sacerdotes en Chile; así como éste, también podríamos recordar casos como los escándalos de Milico-gate y Paco-gate; caso Spiniak; caso Caval; el viaje de los hijos de Piñera a China; la Ley Longueira y Corpesca; el fiasco del Transantiago; caso Catrillanca; y hasta la situación del Obispo Durán; solo por nombrar algunos ejemplos donde la prensa ha cumplido un rol fundamental de investigar e informar. Entonces por qué o ante quién regularla? Lastimosamente, sabemos que nuevamente solo algunos «privilegiados» estarían contentos de aplicar esta normativa, mientras ellos sigan siendo intocables.
Ahora, si todavía alguien sigue pensando que en ciertos casos sería bueno aplicar censura a la prensa (tal como décadas atrás), vamos con ejemplos más cercanos para entender: restringiendo el trabajo periodístico la comunidad no habría sabido de la querella por estafa de la minera Atacama Kozan contra el ex intendente Sánchez; tampoco sabría de los 500 millones de dólares para la Reconstrucción de Atacama que se guardaron en bancos de Nueva York; no sabría de la investigación que involucró al diputado Mulet con los abogados del municipio de Tierra Amarilla y minera Candelaria; tampoco habría sabido la situación de los freirinenses con el accionar de Agrosuper, ni la saturación de contaminación en Huasco o Chañaral.
Entonces ¿Hay que regular la prensa o permitir que se investigue sin censura? No es tan difícil responder… Sin embargo, propender la libertad de prensa tampoco es dar cabida a la publicación de informaciones malintencionadas, sin respaldo o fake news, – como dicen los periodistas -, pues el derecho a la honra y la presunción de inocencia también son pilares de la libertad de información. Lástima que casi siempre se aplique solo con algunos privilegiados… arrivederci
POR ELMIRÓN