Digámoslo de entrada, el nepotismo evidenciado en la última Gira Presidencial a China, donde el Presidente Piñera fue acompañado por sus dos hijos empresarios, nos recordó las “ventajas” que en su momento disfrutó el hijo de la Presidenta Bachelet, ocupando importantísimos cargos sin mayor mérito o accediendo a millonarios créditos. Ambas situaciones no pueden dar un “empate”, ni tampoco juzgarse de forma similar, sin embargo, en ambas se evidencia un solo concepto: privilegios de clase, y la “hermosa” ventaja de ser familia o amigo de la elite política y empresarial en nuestro país.
Coincidentemente, toda esta polémica se da en circunstancias en que Chile comienza a ver cómo las «vacas sagradas» ya no parecen intocables, – que no es lo mismo que intachables -, y que incluso se van acusando entre sí: hablamos de jueces y fiscales del poder judicial, quizá los últimos dioses del Olimpo nacional, y quienes al parecer perdieron su “fuero” de incuestionables. Quien observe la Democracia como un sistema ideal de gobierno, no podría contentarse con “crisis” en sus instituciones, sin embargo, a veces éstas no solo son necesarias, sino que vitales. Ahora bien, como ciudadanos nos preguntamos ¿en quién confiar y a qué aferrarnos hoy? A la citada polémica en el poder judicial, sumamos las crisis de las iglesias Católica y Evangélica, – por degeneración y corrupción respectivamente -, la baja en la credibilidad de los medios de prensa, los fraudes en Carabineros y en el Ejército, y el descrédito, casi total, en que ha caído la clase política. Tal como lo adelantamos en el título del comentario, las vacas sagradas comienzan a caer inexorablemente, mientras que la ciudadanía y el pueblo, careciendo de líderes, deja abiertas peligrosamente sus puertas para populistas y fascistas seductores.
Tras esta necesaria reflexión, vamos a lo nuestro. Es tanto lo que ha pasado en la política regional (como la polémica salida de la seremi de Educación o la denuncia que involucra a Mulet, Candelaria y el municipio de Tierra Amarilla), que ha sido un quebradero de cabeza resumir líneas para el comentario, y deberemos detenernos solo ante el hecho de mayor gravedad: la situación del ex intendente Sánchez, querellado por la minera Atacama Kozan (co-propiedad de Fra Fra Errázuriz), y su relación con el senador Prohens (otra cuestión que nuevamente la torpe Oposición no ha sabido aprovechar).
No solo son los rayados y papeles pegados en paredes de la comuna que nos recuerdan el escándalo político que involucran al ex intendente y al senador en ejercicio, sino que también se suma la nula autocrítica del Gobierno Regional, impidiendo encontrar un punto final. Los juicios son largos y la situación particular del ex personero de gobierno va a estar en la palestra durante mucho tiempo (donde podrá defenderse), lo mismo para el senador, quien tendrá una tarea tremendamente difícil para limpiar su imagen luego de los reportajes y crónicas (nacionales y locales) que develaron la amistad y lazos económicos, que alguna vez lo unieron con el ex intendente y que hoy son cuestionados.
Pero lo positivo de esto, – si es que hay algo positivo -, es que queda claro que ya no basta con ser autoridad para librarse de los cuestionamientos, investigaciones y juicios, porque queda de manifiesto que en Atacama por más “cargo” que se ostente, será difícil esconder por siempre los «tejados de vidrio». Y pucha´ que nuestros políticos los tienen ¿o no?
Arrivederci
Por Elmirón