En la naturaleza se puede encontrar remedio para todo mal, así lo demuestra el conocimiento de nuestros antepasados que poco a poco ha ido validándose, llegando al punto en que la medicina ancestral hoy logra convivir con la medicina moderna.
Entre quebradas, valles y cordillera la región de Atacama ofrece una flora diversa con un potencial curativo para nosotros poco conocido, pero para los pueblos originarios del territorio ampliamente utilizado para mejorar la salud y equilibrar el nivel energético de nuestro cuerpo.
Sin ir más lejos, el chañar, el algarrobo y el pimiento son una magnífica fuente medicinal. La flor del chañar sirve para la toz convulsiva, las hojas del algarrobo y del pimiento para el mal de aire y la flor del pimiento para los cólicos. Las vainas del algarrobo también son curativas para los riñones y para destruir los cálculos.
También se encuentran plantas como la rica-rica, que se puede masticar y sirve para el mal del colon; la flor de puna que alivia la úlcera, y chachacoma. Sobre esta última cabe destacar que, en 2013 expertos chilenos, liderados por Carlos Echiburú – biólogo Centro de Investigaciones en el Hombre del Desierto – probaron que es capaz de destruir células cancerígenas en forma selectiva.
Otras hiervas destacadas son la Tola Tola, planta que ayuda a aliviar la tos y el refrío; y el Caspiche utilizado para los problemas al colon.