Punto de vista

Exámenes Libres

Es extraño como a veces las situaciones son paradójicamente incorrectas… En que pasan los años y te das cuenta que por mucho que estudies sobre el amor, sólo la práctica hace al maestro o la maestra… ¿Por qué?… Sólo porque la teoría no fue muy buena que digamos.
En la educación superior, gran parte de lo que te enseñan es aquello que harás cuando ingreses a la vida laboral. Como a todo, hay que agregar ciertos matices, pero no está muy lejos de la realidad.
En el amor en cambio, cuando somos niñas o niños, nos leen cuentos y nos muestran películas donde el príncipe azul y la princesa encantada son pan de cada día.
Ambos personajes en cuestión deberían existir y ser una imagen alcanzable para hacernos felices por siempre.
Lamentablemente al llegar a la “práctica profesional” de lo aprendido en amor en el trascurso de nuestra historia (o al menos en la mía) –especialmente cuando nos pegamos el primer porrazo- nos damos cuenta que la teoría no se asemeja en nada a los libros de antaño… Y al final como dicen, no nos queda más que aceptar que “en el camino se arregla la carga”.
En ocasiones nos va bien. En otras, las cosas se complican y en algunas sencillamente la experiencia es ¡¡del terror!!!l… Y no puedo evitar preguntarme… ¿Será que cuando elegimos a esa persona en particular a veces tenemos tan internalizadas las características que nos han enseñado en teoría que no aceptamos algo distinto a ella en la práctica.
¿Será qué en el fondo nos gustaría creer que el cuento de hadas es verdad y al final perdemos tanto tiempo en ello que dejamos escapar oportunidades maravillosas por no poner los pies en la tierra?… Mmm tal vez.
Creo que en la vida cada cosa tiene un momento en particular, y a mis treinta y siempre he aprendido que en lo que respecta a sentimientos teoría y práctica pueden unirse en determinados momentos…  Y aunque en oportunidades no lo hagan, debemos tratar de rescatar lo mejor de cada episodio, y sobre todo, aprender de las relaciones erradas.
En el intento por encontrar el príncipe azul o la princesa encantada es verdad que podemos salir trasquiladas o trasquilados, pero al final siempre se aprende algo nuevo. Eso que te permite no volver a tropezar “con la misma piedra” … Aunque ¡¡para qué estamos con cosas!!… Puede que en el camino te encuentres con peñascos peores… ¡¡Horror de horrores!! jajaaja.
Cómo dije antes, sólo la experiencia hace al maestro, y eso, eso es aplicable a cualquier ámbito de nuestras vidas.
En todo caso -como dicen- «de los errores se aprende» y definitivamente para mi ¡¡¡Eso es lo bueno!!… Aunque entre nos, así como voy, creo que con todos los pasteles que he encontrado puedo hasta abrir una pastelería bastante variada, y si de estudios se trata en esta materia ¡¡No me queda más que dar exámenes libres!! ¿O no? Jajaja.

Por Mireya Ponze López