En América Latina, la etnicidad constituye un punto crítico para las mujeres indígenas, ya que no solo se ven afectadas por la violencia estructural propia del sistema patriarcal que oprime a las mujeres y a la naturaleza de manera homogénea, sino que también, ellas se enfrentan a violencia de género, al interior de sus propias comunidades.
Denunciar esta situación, tal como lo plantearon en su momento las feministas de color, significa afectar a los movimientos indígenas en sus múltiples luchas. Aun así, se debe considerar como una situación que ha sido omitida y que pone en riesgo a las mujeres de comunidades. La doble condición de inequidad de las mujeres es el resultado de la subordinación tradicional de ellas antes de la conquista, que conformó una nueva condición de subalternidad después de la instauración del patriarcado occidental.
Otro punto importante se explica en la idea de mujeres indígenas configuradas en un cuerpo/territorio como representación de la naturaleza violentada por los procesos de colonialidad que aún no han terminado y que se manifiestan en la disputa con las empresas transnacionales en defensa de la tierra y el buen vivir, así como en la violencia estructural dirigida a los cuerpos de las mujeres indígenas.
Por mucho tiempo, la literatura ha explicado estas inequidades usando los enfoques de género tradicionales, desde una visión homogénea de la violencia desde el mundo occidental, pero hoy, el feminismo comunitario está aportando antecedentes interesantes sobre la violencia doméstica que actualmente viven las mujeres indígenas.
Ahora bien, el feminismo comunitario es una perspectiva que, en estos momentos en Chile, tiene un formato académico y urbano. En los asentamientos indígenas rurales, la violencia de género es común en muchas esferas y aún se teme revelar su existencia. Es sabido que este es uno de los campos de lucha del movimiento feminista, pero en el mundo de los pueblos originarios no parece que se esté delineando un camino en este sentido.
Otras tendencias como las decoloniales y latinoamericanas nos aportan también a la comprensión sobre los procesos de colonización encarnados en la naturaleza y en los cuerpos de las mujeres indígenas, un espacio de enfrentamiento por la emancipación de la colonialidad del poder y de género.
Por Camila Flores Galleguillos, Académica UCEN Región Coquimbo.