De larga trayectoria minera, la localidad de Inca de Oro poco a poco se abre paso como destino turístico no tradicional. Con su encanto hipnótico nos invita a redescubrir la identidad atacameña.
Ubicado a unos 100 kilómetros de Copiapó, la localidad de Inca de Oro parece suspendida en el tiempo, cautivando con su arquitectura de principios del siglo XX, donde predominan las construcciones de adobe. Para muchos, con una apariencia casi de pueblo fantasma, Inca de Oro forma parte de la ruta turística de la provincia de Chañaral.
Inca de Oro ofrece al visitante un raconto al pasado, con sus rutas mineras, antiguas construcciones que se mantienen en pie a pesar del paso del tiempo y las inclemencias del clima propio del desierto. Además, quien llega al pueblo puede conocer la Finca de Chañaral, sector que ess parte del camino del Inca (Qhapac Ñam) y por lo mismo permite observar vestigios incaicos como pinturas rupestres, puntas de flechas y utensilios.
Otra alternativa para el viajero es visitar el Observatorio Inca de Oro, primer observatorio turístico y educativo de la Región de Atacama. Este posee dos cúpulas de observación, contando con un telescopio Meade LX 200 de 14. Los interesados pueden solicitar más información al correo centroastronomicoincadeoro@gmail.com o al telétono: 52- 2441763.
Pero eso no es todo. Recientemente inaugurado, restaurant «El Pirquén» rescata la historia, materiales y la tradición minera del pueblo, con una oferta culinaria única e identitaria, que presenta una experiencia de turismo gastronómico escasamente difundido en Atacama.
Desde el corazón de Inca de Oro, Fidel Arancibia, dueño de restaurat «El Pirquén» invita a “disfrutar los intensos y estimulantes sabores de un territorio brioso, en un entorno ambientado en las costumbres mineras y levantado a mano usando maderas recuperadas de nuestro mismo pueblo, rocas minerales recogidas y transportadas una a una hasta nuestro bar y una carta fruto del patrimonio familiar y el acervo minero de nuestra tierra y su gente”.
Cabe destacar que Restaurante “El Pirquén” fue beneficiario del Programa de Apoyo a la Reactivación (PAR) de Corfo, instrumento que ha aportado a la recuperación económica local tras los aluviones de 2015. Además, es uno de los participantes del Nodo para la Competitividad, “Vive Atacama”, programa de Corfo que busca poner en valor la identidad de la Provincia de Chañaral para que este territorio pueda ser reconocido como destino turístico bajo el concepto de Desierto de Atacama y así desarrollar una oportunidad para diversificar la matriz productiva, tomando en cuenta los atractivos naturales con potencial de desarrollo estratégico para la región como los que tiene tanto Chañaral como Diego de Almagro.
El proyecto es impulsado por el Gobierno de Chile, a través de Corfo, cuenta con el apoyo de Minera Mantos Copper y es ejecutado por Asoex en su rol de Agente Operador Intermediario de Corfo.