Punto de vista

Movimiento feminista, educación no sexista… ¿Moda que incomoda?

Hace unas semanas, mi abuelo preguntó con su estilo “criticón”, por qué una de sus bisnietas jugaba con un caballo de madera. Lo miré sin entender, hasta que “caí” y le dije para dejarlo contento: “Por lo menos el caballo es rosado”… Claro, quería decir que ese juego es de niños, no de niñas…

No le di mayor importancia, mi abuelo ya tiene 83 años, pero sí pensé: “esto se viene difícil”.

Ese simple comentario es una clara señal de cuántas generaciones aún están marcadas por: ¿el “Machismo”,  o los “estereotipos de género”? Lo que sea, son herencias, costumbres arraigadas en muchas familias y con las cuales seguimos conviviendo. Algo hay que hacer digo yo…

No tengo ni la “perso” ni las ganas de salir a la calle a manifestarme “pechugas” al aire o emulando a las “yeguas del apocalipsis”, ni voy a inventar ningún lenguaje “inclusivo”.

Pero podría aportar desde la casa. Por ejemplo, eliminando los “patrones diferenciados de comportamiento”: No más expresiones a nuestros hijos e hijas como “pórtate como señorita”,” no seas pollerudo”, “los niños no lloran”, “los niños no juegan con muñecas” y un largo etcétera…La idea es que no existan ese tipo de limitaciones.

Enseñando desde pequeños el respeto hacia el sexo opuesto, que hombres y mujeres con sus diferencias tienen las mismas capacidades, los mismos derechos, los mismos deberes, que la mujer no es por naturaleza más débil o el hombre más poderoso o más violento.

¿Y Fuera de casa?. Ir despidiendo la tendencia arcaica de colegios sólo para hombres o sólo para mujeres, o los establecimientos que siendo mixtos separan a los alumnos por género para poder diferenciar los contenidos… Para qué decir las conductas y las materias sesgadas…

No me voy a poner “quisquillosa” y voy a protestar porque una autoridad se refiere a nosotras como “nuestras mujeres” o prohibiré a mi hija creerse una princesa de esas de cuentos “retrógrados”, ni me sentiré ofendida con un piropo en la calle (Piropo, no vulgaridad ni agresión)

Ciertamente hay harto “paño que cortar” en este tema, pero vamos de apoco y apuntemos a cuestiones relevantes como prioridad. Pongámonos serios, el tema está sobre la mesa, debatámoslo, que no nos haga sentir incómodos.

Por nuestra colaboradora, Carla Olivares.