Se va este 2018 y como siempre, – gracias al espacio entregado por esta noble revista independiente -, tengo la oportunidad de comentar algunos hechos políticos de notoriedad. En esta ocasión, me di el trabajo de desarrollar un recuento con las situaciones políticas/sociales regionales más “destacadas” del año. Eso sí… tómenselo con humor !!!
1-. Empezamos el 2018 con bastante lentitud y parsimonia. Luego de un fin de año 2017 cargado de inauguraciones de última hora (para sumar votos y conservar el Gobierno), la administración de la Nueva Mayoría se dedicó principalmente a guardar sus papeles en cajas, tomarse vacaciones y tirar currículos en las mineras.
2-. En marzo asumió la intendenta Berta Torres y posteriormente, el nuevo gabinete regional. De inmediato hubo críticas, incluso dentro del mismo Chile Vamos (la diputada Cid barrió con la seremi de Bienes Nacionales), y la nueva administración regional comenzó un periodo que no duraría mucho.
3-. En marzo también asumieron los diputados y senadores que nos representarían en el Congreso. Como en todo nuevo trabajo, comenzaron con bastantes apariciones mediáticas y visitas a terreno. Sin embargo, al pasar de los meses, ya casi no los vimos por la región. Sobre todo al senador Prohens, quien prácticamente se perdió de vista.
4-. Tras sumar críticas por falta de liderazgo y nulas proyecciones políticas (pensando en las elecciones de gobernador regional de 2020), el gobierno despide a Berta Torres y nombra como intendente a Francisco Sánchez Barrera, un experimentado ejecutivo minero. Para muchos una clara señal para el mundo privado.
5-. Casi como aparición sobrenatural, un grupo de presidentes de partidos de la Nueva Mayoría llega al Gobierno regional a presentar una especie de petitorio con puntos a considerar para el desarrollo de la región. Son recibidos amistosamente por el intendente y la noticia no pasa mayores, quedando casi como anécdota.
6-. Se concreta el cambio de gabinete en el Gobierno Regional, salen varios seremis cuestionados, como la seremi de las Culturas, la seremi de Gobierno, el seremi de Medio Ambiente, y el seremi de Energía. Sin embargo, queda la sensación de que podrían haber sido más los desvinculados, pues en los medios también se habló del seremi de Desarrollo Social (cuestionado por supuestos despidos injustificados y mal trato a funcionarias), y la seremi de Educación.
7-. Con una comunidad encantada por el regreso del caudal del rio Copiapó, – que atrajo además multitud de flora y fauna -, surgieron las primeras inquietudes y acusaciones por la sorpresiva desaparición del agua. Grupos ecologistas culparon a la administración de la Junta de Vigilancia del rio Copiapó (grupo privado de agricultores), por el aprovechamiento del recurso. Sin embargo, ante la queja social que incluso llegó a autoridades, la JVRC se defendió explicando que la falta del recurso se debía a la malas condiciones de infraestructura del Embalse Lautaro, la falta de lluvias y el comienzo de la temporada de riego de los parronales. Sobre el futuro del torrente, ni Yolanda Sultana lo podría vaticinar.
8-. Sin duda que no fue un buen año para todas las mineras. Algunas recibieron aprobaciones de continuidad o ampliaciones, pero otras mostraron sus peores caras (esas que no dejan dormir a sus encargados de comunicaciones). La principal muestra fue el pésimo manejo en el despido de trabajadores de Minera Candelaria, que incluso llevó a movilizaciones. Otro caso similar, fue la revelación de eventuales despidos que se vienen este 2019 en Codelco Salvador, situación que habría sido conocida por trabajadores y dirigentes por los diarios. Considerando el nivel de cesantía regional, el mundo privado hizo un flaco favor al Gobierno. Quizá lo único positivo fue la concreción de una Mesa Técnica Minera, que presentó variados acuerdos y obligaciones para las mineras en la región.
9-. Continuando en el mundo minero (porque nos faltó párrafo arriba), también hay que recordar el cierre y clausura definitiva de Pascua Lama, a esta altura un ejemplo de cómo se pueden hacer mal las cosas desde el punto de vista ambiental y comunitario (tan malo como Agrosuper). También se recuerda el conflicto de Kinross con comunidades collas, que sumó a sus graves episodios previos de contaminación en humedales; tampoco nos olvidamos del episodio contaminante de Caserones. Paralelo a estos hechos, – como algo que lamentamos profundamente – , no podemos olvidar los graves y mortales accidentes sufridos en Codelco Potrerillos, y en Puerto Guacolda de CAP Minería.
10-. Para terminar este año, quizá políticamente lo más destacado fue el cambio de intendente, que dio nueva voz de mando, carácter y energía al interior del gobierno regional, pero que sin embargo, no ha podido dar pronta solución a problemáticas como la cesantía y la reactivación de la inversión (además, tras las críticas del senador Prohens, sumó el gasto presupuestario regional como piedra en el zapato).
De todas formas, ante la ausencia de líderes y de mayor relevancia política de la Nueva Mayoría en Atacama, pareciera que Chile Vamos todavía conserva capital político para este 2019, justificado en la gran cantidad de apoyo en las urnas que los llevó al Gobierno y también en sus acérrimos simpatizantes, que aún no pierden la fe en el arribo de los «tiempos mejores» a la región.
Arrivederci
PD: Como bonus track del recuento político, podríamos sumar las peleas vía redes sociales entre el alcalde Orellana y el gobernador Urcullú (a quien mandó un «ubicatex») o con los Seremis regionales (a quienes mandó un mapa de Freirina); también las polémicas entre el gobernador Urcullú y los médicos locales (cuestionando su calidad profesional); entre el alcalde Loyola y el diputado Noman (por promesas de viviendas sociales); y entre los alcaldes agrupados en el ARMA contra el Casino Antay (por dineros supuestamente comprometidos y que nunca llegaron); finalmente, cómo olvidar a los funcionarios de la Seremía de Educación pillados en pleno romance vía cámara web de la oficina… inolvidable).
Por Elmirón