Punto de vista

Se pensó y se hizo

En ocasiones me resulta increíble el modo en cómo los seres humanos saltamos de un escenario a otro con tanta facilidad… Un día estamos contentos, al siguiente es mejor que nadie se acerque… El que fue nuestro amigo de pronto ya no lo es… Y quien fue nuestro complemento perfecto, de la noche a la mañana se transforma en un extraño – para nosotras las mujeres saco de webas-  imposible de entender.

Una persona con características totalmente diferentes en las cuales jamás nos habríamos fijado… Y frente a esto, no puedo evitar preguntarme ¿Cómo es posible que mutemos de esa manera? ¿Será que en sintonía con la “vorágine” que vive la sociedad actual, los afectos se han transformado en desechables? ¿O es sólo que estamos tan apurados por vivir que cada error, por pequeño que sea, se trasforma en garrafal?… La verdad no lo sé.

Cada día son cientos las parejas que se separan, cientos de personas que dejan de hablarse… ¿Y será acaso que al menos uno de los componentes se habrá dado el tiempo para analizar por qué?… Si él o ella tenían todo para ser felices ¿En qué minuto se perdió el rumbo?…

Realmente es extraño, nadie lo entiende; y a muchos incluso, les cuesta hablar al respecto.

He pasado tiempo junto a diferentes amigos y amigas analizando el tema, y al final todos coincidimos en lo mismo. A veces existen relaciones que terminaron de manera horrible cuando sólo hacía falta expresar lo que en verdad sentíamos…

Nadie sabe por qué ocurrieron las cosas… Sólo entendimos que en algún momento dejamos de soportar al otro, de escucharlo, de mirarlo, de entenderlo… ¡¡Y de aguantarlo!!… Por lo mismo –todos en algún momento- decidimos presionar Ctrl-Alt-Supr y mandar al prospecto a un lugar que es mejor no mencionar.

Quizá es cierto lo que dicen algunos… “En el amor, existe cierto halo de masoquismo”… El querer sufrir por lo que deseamos… Lo malo es que en ese camino –el de soportar las actitudes del otro hasta que el elástico se rompa- se conjugan situaciones que producen un quiebre tremendo… Cuando hubiera sido tan simple solucionar todo con sólo ser sinceros…

A veces hasta resulta gracioso, porque creo que somos la única especie que en lugar de decir “te quiero, me haces falta, podemos arreglarlo”… decimos “es mejor que nos separemos y ándate a la cresta”… ¡Y vaya que yo también lo he hecho!

Quizá un vuelco no estaría mal… Como decía una amiga “se pensó y se hizo”…

Mmm.. Creo que si… La próxima vez probaré decir las cosas tal y como las siento y evitaré el tan utilizado “ándate a la cresta bla, bla bla”… Total «lo cortés no quita lo valiente» y… Supongo que el análisis de tantas personas no estará errado ¿o sí?…

Tal vez sí, pero vale la pena intentarlo… Ahí les cuento como me va… Total ya estoy curada de espanto y a mis treinta y siempre ¿Qué es lo peor que podría pasar?… ¿No creen?

 

Por Mireya Ponze López