Cuando llega el verano toda nuestra mente se esmera en un descanso, esperamos la diversión, un relajo, viaje, familia, salidas y juntas con amigxs. Un periodo en que generalmente aumenta nuestro consumo de alcohol y participación en reuniones donde picamos cositas ricas. En definitiva, las comidas en deshoras comienzan a ser parte de nuestra rutina.
Ante esta realidad se nos presenta una interrogante ¿Cómo beneficiamos a nuestro cuerpo durante el verano?
En esta época del año el sol se intensifica, por lo que la hidratación juega un rol fundamental y la mejor fuente por excelencia es el agua pura y natural. Sin embargo, existe una variedad de frutas y verduras de estación como la sandía, el melón, limón y verduras de hojas verdes que pueden ser un complemento ideal que además podemos utilizar también como snacks.
Por otro lado, es importante mantener las porciones adecuadas en las comidas, incluyendo verduras y proteínas – como carnes bajas en grasas o de soya – acompañado por un cereal como arroz o choclo; ya que una alimentación equilibrada no es sinónimo de restricción, sino de ingerir alimentos que nos entreguen la energía necesaria para que nuestro organismo pueda cumplir las funciones de forma adecuada. Si ingerimos más energía de lo que nuestro organismo requiere, ésta se almacenará como grasa. Ante esto, la actividad física es clave para adecuar cuánto comeremos.
En verano nuestra mente se bloquea y si bien vemos esta estación del año como una oportunidad de relajarnos. Veámoslo también como una oportunidad de tener más tiempo disponible para realizar actividad física. El utilizar el espacio en donde estemos nos permite movernos y divertirnos. Si tiene la oportunidad de ir a la playa o a la piscina invente juegos recreativos, anímense a jugar fútbol, vóley o tenis; también aproveche el agua para refrescarse y nadar. Al atardecer, la temperatura disminuye por lo que salir a caminar, correr, pasear a la mascota o andar en bicicleta será más confortable. Estas actividades además de ayudar a eliminar la energía almacenada en nuestro cuerpo, nos devuelve el significado real de disfrutar, sociabilizar, jugar y distraerse; nos permite conocer nuestro entorno y lograr un equilibrio en nuestro bienestar físico y mental.
Por Daniela Muranda Muranda
Nutricionista